El camino al infierno pasa por las puertas del cielo (o «la charla que hubiese amado»)

Querido hijo, hablemos de mujeres: es imperioso que estés bien informado, ya que hasta los machos alfa pecho peludos somos absolutamente inconscientes de los peligros que estas bellas criaturas representan, implican y vaticinan; cuidarlas es la única manera de mantenernos a salvo de ellas. Es propio de nuestra varonil condición de depredadores el creer que son presa fácil, debido a que se muestran inseguras, frágiles, delicadas y en espera que aparezca su depilado príncipe encantador o el homo eructus siteagarro-mamitalensis.

Tema delicado, amigo mío. Como dijo Jack el Destripador, *mejor vamos por partes»:

«CUANDO ELLAS DICEN NO» quieren decir no. Punto. Aunque quieran decir «sí», cuando dicen no, es no. Entiende esto: es muy probable que «quieran» mucho más de lo que imaginas, pero no lo quieren en este momento aunque lo quisieran hace un minuto. Dales tiempo: respira, lávate la cara, viaja a otro continente a manifestar contra el calentamiento global… espera. Sonríe y espera. Cuenta hasta catorce mil y espera. Resuelve mentalmente el teorema de Fermat y espera. Espera «su» momento, y hazlo en calma: abeja enojada no produce miel. Recuerda siempre que son mujeres y pueden cambiar de opinión aún contra su voluntad.

SOMOS SU PRESA. Aunque todo indique que la has conquistado, la verdad es que fuiste atrapado por su seductora trama. A partir de ese punto ya no decidirás nada por ti mismo: música, religión, dieta, atuendo, perfume, pelos en el cuerpo… Todo lo «tuyo» será sutilmente gobernado desde su perspectiva. Tú creerás que «la persuadiste de»; lo cierto es que ella decide cuándo, cuánto, cómo y dónde, y luego te hará creer que fue idea tuya.

TÚ NO LA AYUDAS. A menos, claro, que estés en su casa y tú no vivas allí. Cuando haces las compras, cocinas, lavas los platos o el inodoro, barres o pasas la aspiradora, no la estás ayudando. Donde sea que vivas es tu obligación mantener el lugar limpio y ordenado.

NO ES DE TU PROPIEDAD. No te debe respeto, obediencia y sumisión. Punto.

No esperes entenderlas.

No esperes que te entiendan.

Entrégales el gobierno absoluto de tu vida: solamente así podrás hacer lo que quieras y ser feliz.

Casas encantadas – parte 2

De modo similar a nuestro conocimiento de los océanos, el universo comprensible y para el cual se han desarrollado teorías comprende apenas el 4% del estudio científico., el 96% que desconocemos y para el cual ni siquiera se han establecido teorías estaría compuesto por – aproximadamente – 24% de materia oscura y 72% de energía oscura. Ergo, si lo que sabemos es mucho, lo que ignoramos es inmenso.

A lo largo de la historia se ha mencionado la tarea del zahori, aquella persona que usando varas o péndulos es capaz de hallar venas de agua subterránea, tesoros, objetos y/o personas perdidas. Para muchos se trata de superstición, para otros ha sido el trabajo de su vida: monjes, médicos y reyes han estudiado y practicado la adivinación, el diagnóstico de patologías y muchas decisiones de estado por medio de estos métodos poco convencionales. El ingeniero cubano Leodegario Lufriú realizó su tesis doctoral estableciendo demostraciones científicas de la radiestesia, aportando una enorme cantidad y calidad de datos acerca de las radiaciones y su interpretación por parte del «operador sensible» o radiestesista. Llegados a este punto se hace imperioso explicar de qué estamos hablando.

Muchas culturas milenarias buscaban el lugar favorable para la vida: el brujo o Chamán elegía cuidadosamente dónde se ubicarían dormitorios y altares, basándose en un estudio energético del lugar de asentamiento.

Toda esta sabiduría heredada, sumada luego a estudios de biología, geología, medicina, astronomía, física y geofísica consolidan las base para la geobiología, disciplina que estudia las relaciones entre la tierra, el cosmos y los seres vivos.
El campo electromagnético terrestre manifiesta una estructura de redes energéticas o canales de circulación de energía de paredes verticales que emergen desde el núcleo terrestre y se alzan al menos hasta la estratosfera. De estas redes quizá las más conocidas son la Red de Hartman y la red de Curry: distribuidas sobre toda la superficie terrestre en lineas paralelas, las cuadrículas formadas por la red de Hartman se extienden en dirección norte-sur y este- oeste, separada unos 2 metros y con una anchura de 21 cm. aproximadamente, mientras la red de Curry se compone de líneas separadas unos cuatro metros, tienen un ancho promedio de 40 cm y están orientadas en diagonal respecto de la red Hartman, fluyendo de suroeste a noreste y de sureste a noroeste. Se ha determinado que en los puntos de cruce de las líneas la radiación suele ser perjudicial para la mayoría de los seres vivos, si bien hay excepciones: los hormigueros suelen estar ubicados en estos sitios, y muchos apicultores han observado y aprovechado el hecho que las abejas producen más cantidad de miel si las colmenas se ubican en estos cruces de líneas Hartman.

Cómo explicábamos en la entrada anterior, la superpoblación demográfica de las ciudades y la ignorancia y/o pérdida del conocimiento ancestral, sumada a la necesidad de aprovechar cualquier espacio para levantar casas habitación, resulta en la ubicación sobre cruces de energías perjudiciales de las viviendas y particularmente de los dormitorios.

En próximas entregas escribiré acerca de estas redes y otras fuentes de energia: fallas geológicas, venas de agua subterránea, chimeneas cosmotelúricas y vetas minerales, argumentando acerca de causas y efectos de la interacción con tales fuentes de radiación.

Difícil entendernos

«Es imposible entender a las mujeres» – decimos los hombres.
«Para los hombres todo se arregla fácil pero nunca arreglan nada» – dicen las mujeres.
Para entender porqué siempre será difícil la comunicación entre hombres y mujeres, reflexionemos acerca de algunos aspectos:
Los machos somos habitantes de espacios abiertos. Tenemos más vello en el cuerpo y nuestra piel es más gruesa porque estamos adaptados a la intemperie. Nuestra vista está especializada para la cacería: vemos en profundidad, tenemos el hábito de manejar las variables del entorno, nos anticipamos a las probabilidades, consideramos las ventajas y los riesgos que nos presenta el terreno, pues de ello depende el éxito o el fracaso en la tarea. Nuestro oído está especializado tanto para reconocer los sonidos típicos de nuestras presas como para percibir señales de peligro, pues a la vez de cazadores somos potenciales víctimas de los otros depredadores. El cerebro masculino funciona en modo «depredador»: lideramos la manada o seguimos lealmente al líder; cualquier cosa que se mueva es potencialmente una presa,  el entorno es un marco natural dinámico, solemos ubicarnos en lugares que favorecen nuestros objetivos. Nada es un problema, todo es parte del paisaje; y cuando algo se convierte en un problema lo solucionamos de modo rápido y práctico para volver a nuestra posición de acecho, desde la cual todo es potencialmente comida hasta demostrar lo contrario.
Las hembras son habitantes de la madriguera: rodeadas de paredes han perdido la visión en profundidad en favor de una excelente visión periférica – lo cual da esa forma particular a sus ojos -; pueden ver ínfimos detalles y distinguir distintos tonos de los colores aún con luz difusa. Su piel es necesariamente muy sensible al tacto para tener una clara lectura de la salud de las crías, y casi sin vello gracias a la calidez de la caverna. Sus oídos están especializados en percibir matices emocionales. Su cerebro funciona en modo «creador» y por decantación, «protector de lo creado»: es metódico, autodidacta, organizado, multitono, multitarea, holístico y en consecuencia bipolar. Generadora natural y soberana absoluta del reino de lo interno, cualquier sombra o sonido externo es y será potencialmente una amenaza.

Nuestros conflictos de comunicación disminuirán si aceptamos las diferencias, en vez de insistir en en que la otra especie vea las cosas desde nuestra perspectiva. Un castillo es un castillo para ambos sexos; pero mientras para ellas es un lugar a defender, para ellos es un lugar a conquistar.