Ni una más

Las mujeres merecen respeto por el simple hecho de existir.

Reclaman respeto, pero no se respetan.

No se respetan cuando siguen aceptando la idea de un dios macho creando a la mujer de una costilla masculina.

No se respetan cuando desean dar hijos varones a sus maridos, cuando diferencian las obligaciones y derechos de sus hijos según su sexo.

No se respetan cuando siguen repitiendo que hubo una caza de brujas. Durante la inquisición no fue «cazada» ni una sola bruja: fueron perseguidas, torturadas y asesinadas metódicamente miles de mujeres sólo por actuar como mujeres, por la misma ideología que impuso la idea de un perfecto dios padre soltero, con un hijo también soltero nacido de una virgen, porque andar con mujeres hubiese sido muestra de imperfección. Por lo tanto no se respetan al someterse voluntariamente, cómplices a la idea de una superioridad masculina.

No se respetan cuando dicen «mi cuerpa», demostrando que no conocen el idioma en que hablan.

No se respetan cuando toleran de su pareja actitudes degradantes, culpándose a si mismas por las agresiones recibidas. No se respetan cuando después del maltrato abren la puerta a otra oportunidad.

No se respetan cuando aceptan la violenta idea que deben demostrar que aman.

No se respetan cuando usan un léxico sexista y denigrante contra otras mujeres.

Mujeres, por favor: ni una más.

Ni una más actuando como cerdos, defecando en la vía pública a modo de protesta. Ni una más actuando como macho, criticando a otra mujer por su apariencia o conducta. Ni una más actuando como masa sin cerebro.

Respétense, por favor. Sean mujeres sabias, libres, justas, poderosas, fecundas, gobernantes, amorosas, femeninas, seductoras, seguras de si mismas, a imagen y semejanza por una Divinidad Madre creadora de todo lo que existe.

Es imprescindible para cambiar este mundo macho, violento sexista e injusto.

Deja un comentario