La paradoja Falco-Torales

José Ángel Torales – Pepito – y yo charlábamos acerca de la inexistencia de las cosas gratuitas: para ganar algo, algo debes entregar siempre. Por ejemplo: si quieres adelgazar debes renunciar a los bizcochos, si eliges los bizcochos pagas ganando peso, renunciando a otros alimentos o haciendo ejercicio, pero siempre darás algo a cambio.

Luego concluimos que adelgazar (o comer bizcochos) no se trata de tomar una decisión sino de cambiar de decisión.. y nos dimos cuenta que es imposible no decidir.

Aún si dijéramos “elige tú por mí” estaríamos decidiendo que el otro elija, somos nosotros dándole ese poder, por lo cual nuestra responsabilidad en los procesos que rigen nuestras vida jamás se ausenta: siempre seremos responsables de lo que vivimos.

Entonces redondeamos la idea en un par de enunciados y la denominamos “La paradoja Falco-Torales”:

Al ganar pierdes, al perder ganas

Toda decisión implica una pérdida

Eres siempre responsable de lo que te sucede, pues es imposible no tomar decisiones.

Es algo duro aceptar que ésta paradoja es una de las verdades absolutas que rigen nuestra existencia por lo cómoda que parece la actitud de víctima; pero una vez que comprendemos nuestra inevitable responsabilidad – y la tontería que resulta intentar huir de ella – tenemos dos caminos:

a) decidimos deprimirnos y culpar a otro de nuestra desgracia ( somos víctimas de los dioses, padres, pareja, vecinos, suegros, jefes, gobiernos, demonios y otras abstracciones),

b) decidimos ser conscientes de la libertad que se plantea ante nosotros: para salir de la situación en que nos encontremos bastará con cambiar nuestras decisiones, poniendo en la balanza un par de cosas:

Para llegar a dónde quiero, ¿Qué debo negociar?
¿Qué pierdo y qué gano permaneciendo en esta situación?
¿Qué pierdo y qué gano saliendo de esta situación?

La paradoja tiene otro rostro que mostrar, y también es un aspecto amable: si alguien nos acusara de hacerle mal será porque puso en nuestras manos la dirección de sus situaciones… y como ese alguien decidió darnos el control, sólo ese alguien es responsable de lo que le suceda.

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